Uso de las
citas del A.T. en Mateo
El evangelio de
Mateo es el que más usos hace de citas del Antiguo Testamento puesto que les
estaba escribiendo a judíos y tenía como propósito mostrar al Mesías. En el siguiente
trabajo se expondrán dos pasajes del Nuevo Testamento, uno del nacimiento de
Jesús y otro de su muerte, comparándolos con la cita respectiva en el A.T. para
poder ver similitudes y/o diferencias entre las mismas de acuerdo al contexto
en el cual fueron escritos dichos textos. Cabe recordar que cada autor (Tanto
del A.T. como del N.T.) tenía una audiencia y un propósito a la hora de
escribir lo que escribieron.
Las citas bíblicas
son tomadas del Biblia de las Américas (LBLA)
Citas del Nacimiento
En la descripción
que presenta Mateo sobre el nacimiento de Jesús usa varias citas del Antiguo
Testamento para poder evidenciar que Jesús realmente es el mesías esperado.
Entre dichas citas se encuentra la de Isaías 7:14. A continuación se presentan
tanto el pasaje de Mateo como el de Isaías.
Mateo 1:20-23. Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se
le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no
temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es
del Espíritu Santo. 21 Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús,
porque El salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor
había hablado por medio del profeta, diciendo: He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un
hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido
significa: Dios
con nosotros.
Este pasaje se da
en el contexto donde el ángel le habla a José por medio de un sueño. Cabe
recordar que María ya había recibido el anuncio que concebiría y daría a luz un
hijo sin que mediara intervención humana. Ella estaba desposada con José y
según la tradición judía el hecho que quedará en embarazo sin haber tenido
contacto con su esposo, se consideraba adulterio y las consecuencias eran
graves, ya que “Obedecer la ley significaría denunciarla, lo cual llevaría la
sentencia de muerte por apedreamiento (Lev. 20:10; Deut. 22:23 ss.)”[1]. Pero José pretendía dejarla a escondidas para
no perjudicarla. Es allí donde el ángel se le presenta a este varón y le da
instrucciones acerca del hijo que tendría María. Es muy claro el mensaje que
ese niño fue engendrado por el Espíritu Santo, lo cual daba señal de ser algo
que provenía de lo alto, de Dios mismo. También se le indica a José el nombre
que llevaría el niño al momento de nacer, con la implicación de lo que
significa el mismo “salvador”.
Es el momento de la encarnación y el
cumplimiento del tiempo del Mesías anunciado por los profetas. Es ahí donde Mateo continua el mensaje usando
a Isaías 7:14. Mateo con esto pretende asegurar que realmente este niño
engendrado por el Espíritu Santo es el cumplimiento del Mesías esperado, tal
como lo dice Hendriksen “Esta es la primera de una larga serie de profecías a
las que Mateo se refiere con el fin de mostrar que Jesús es realmente el Mesías
largamente esperado”[2].
Isaías 7:14. Por tanto, el Señor mismo os dará una
señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le
pondrá por nombre Emmanuel.
Este
pasaje de Isaías se da en tiempos del rey Acaz según vemos en Is.1:1. Se le
anuncia al rey que Acaz que el rey de Siria y Peka hijo del rey de Israel
vienen a combatir a Jerusalén con el propósito de tomársela y repartirla (Is
7:6) Pero el Señor por medio del profeta anuncia que esa conspiración no
prevalecerá y que Dios les respaldará. También el profeta dice a Acaz que
pidiera prueba, pero este no accede manifestando no querer tentar a Dios
(7:11-12).
Entonces
el profeta a raíz de la negativa del rey de pedir señal le reprende y le
manifiesta que de todas maneras el Señor le dará señal, y es aquí donde nos
encontramos con el pasaje que se está estudiando, Isaías 7:14. Ahora queda la cuestión de saber si esta
profecía estaba relacionada solamente con el tiempo de Acaz y el profeta, o
solo con el tiempo del cumplimiento en Jesús o parcialmente en tiempos de Acaz
y plenamente con la venida de Jesús. Ante esto son varias las posibilidades que
se han interpretado a lo largo del tiempo tal como lo manifiesta Hendriksen[3]
al referirse a las teorías de la doble referencia o solo una referencia, pero
también a la terminología usada tanto por Isaías y la que tradujo Mateo.
Pero
independiente de lo anterior creo que la profecía tiene un doble sentido,
primero se dio un cumplimiento parcial en tiempos de Acaz, dada su
incredulidad, y parece referirse a un hijo del profeta, ante esto tenemos que:
La evidencia más fuerte indica que ese niño fue
un hijo de Isaías, y su madre, la joven esposa del profeta. Su nombre, Emanuel,
significa “Dios está con nosotros.” Aquel niño, por su existencia y por su
nombre, representaría la confirmación histórica para el pueblo de Judá y su
rey, de que a pesar de tanta incredulidad, Dios realmente intervendría a favor
de Judá: ... antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la
tierra de los dos reyes a quienes tienes miedo será abandonada (v. 16).[4]
Pero a pesar de que tuvo el
cumplimiento en tiempos de Acaz y del profeta, también podemos asegurar que el
trasfondo de la profecía nos lleva a un tiempo posterior, eso es al tiempo del
nacimiento mismo de Jesús, quien libraría al pueblo de manera definitiva, no en
términos políticos sino espirituales. El Emanuel “Dios con nosotros” finalmente
se cumple en la persona del Mesías de Jesús, porque al estar Dios en medio
nuestro viene con el propósito de salvar a todo aquel que en él cree, en
contraste con la actitud de Acaz.
Una de las diferencias más notorias
entre estos dos pasaje tiene que ver con el término virgen, ya que varios
autores manifiestan que el término usado en Isaías se refería más bien a una
Doncella, no necesariamente que fuera virgen.
Cita del A.T. en la muerte y resurrección.
Mateo
27:35. 35 Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos,
echando suertes (Nota: Algunos mss. posteriores agregan: para que se cumpliera
lo dicho por el profeta: Se repartieron mis vestiduras y sobre mi ropa echaron
suertes).
En este pasaje
nos encontramos con la escena de la cruz, en la cual Jesús está siendo
crucificado, pero en medio de esa trágica situación, los soldados deciden echar
suertes sobre la ropa de Jesús. Pero eso era costumbre cuando crucificaban a
cualquier persona, eso lo confirma Keener cuando dice que la ley romana
permitía al pelotón que se apropiara de cualquier elemento pequeño que la
persona ejecutada tuviera.[5]
Como puede
notarse por la nota que está entre paréntesis en la Biblia de las Américas no
aparece la frase que usualmente Mateo usa para introducir que esto es para que
se cumpliera lo dicho por el profeta, sin embargo y a pesar de que no estuviera
(Aunque algunos manuscritos lo tienen) igual no le quita validez a la cita
usada por Mateo.
Salmo 22:18.
Reparten mis
vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.
Este Salmo escrito
por David, nos muestra una escena muy difícil de una persona sufriendo, es un
canto de lamento. Este versículo se encuentra en la sección de los vs. 2-22 que
tratan de la angustia por el abandono de
Dios en que una persona se siente.[6]
Para poder entender este pasaje debemos hacerlo dentro del contexto de todo el
salmo, ya que la situación de acuerdo al v.14-15 el salmista se encontraba en
medio de una enfermedad, y estaba ardiendo en fiebre, que lo lleva a sufrir los
lamentos de la agonía[7]
Esa agonía lo lleva al delirio para imaginarse la escena que vemos en vs 16-21.
Es decir este acontecimiento no es algo literal sino producto de la fantasía
propio de la situación que estaba viviendo.
A diferencia de
nuestro Señor Jesucristo que si padeció en carne propia tal situación.
El versículo 18 nos da indicio de
algunas personas testigos del acontecimiento (imaginativo) Según Keener no hay
evidencia alguna que existiera una tradición en el Antiguo Testamento donde los
soldados vigilarán las ejecuciones, además el pasaje no deja ver que fueran los
verdugos los que se repartan las ropas, pero si es probable que las prendas se
repartieran posiblemente entre los mismos familiares.
[1] Daniel Carro, José
Tomás Poe y Rubén O. Zorzoli. Eds., Comentario bíblico mundo hispano: Mateo.
Tomo 14. (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 1993), 48
[2] William
Hendriksen. Comentarios al Nuevo testamento: El Evangelio según san Mateo.
Trad. por Humberto Casanova. (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), 145
[4] Daniel Carro, José
Tomás Poe y Rubén O. Zorzoli. Eds., Comentario bíblico mundo hispano: Isaías.
Tomo 10. (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 1993), 70
[5] Craig S. Keneer,
Comentario del contexto cultural de la Biblia Nuevo Testamento: El trasfondo
cultural de cada versículo del Nuevo Testamento. Trad. por Nelda Bedford,
et al. (El paso, Texas: Mundo Hispano, 2003), 123
[6] Hans-Joachim
Kraus, Los Salmos: Sal 1-59 (Tomo I). Trad. por Constantino Ruíz-Garrido.
(Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 1993), versión PDF. 413
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