jueves, 16 de noviembre de 2017

Reino de Dios (Conclusión)

Relevancia del tema del reino de Dios para la iglesia latino-americana en el siglo 21
            Hasta aquí hemos respondido preguntas importantes sobre el Reino de Dios, tales como ¿Qué es el reino de Dios?, ¿Dónde inicia y dónde culmina? Y por último ¿Dónde está?, pero quedan más interrogante por resolver: ¿Tiene alguna relación este estudio con Latinoamérica?, ¿Es relevante para la iglesia en este siglo? Obviamente se puede responder a estas cuestiones con un rotundo sí, pero para entenderlo se presenta a continuación a manera de conclusión un análisis de cómo influye el tema del reino de Dios con la iglesia en Latinoamérica en la actualidad.
            Para resolver estos interrogantes debemos pensar un poco cuál es la realidad que nos asiste en este momento histórico en Latinoamérica. En lo socio-político es una situación de diferenciación en las clases sociales, donde los pobres cada vez se ven más sumidos en su situación precaria, y donde se levantan gobiernos que poco interés muestran por solucionar esta situación, sino por el contrario levantan políticas de estado para seguir favoreciendo a los que más tienen. En lo eclesial y doctrinal tenemos el nacimiento de nuevas iglesias con doctrinas, que lejos de proclamar el evangelio están enfrascados en los asuntos materiales de este mundo, olvidándose de los más necesitados.    
            Ante este panorama se requiere pensar que la iglesia tiene la responsabilidad de proclamar el evangelio del reino de Dios a todas las personas pero especialmente a los más pobres y necesitados, los que sufren injusticias, los que viven en angustia por su situación, porque a ellos pertenece el reino tal como lo dice la primera bienaventuranza expresada por Lucas 6:20 “Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios” (LBLA), Ante esto afirma Schipani:
En nuestro caso se trata de la tremenda responsabilidad y privilegio de intervenir intencionalmente para guiar, estructurar y evaluar el aprendizaje a la luz de preguntas tan fundamentales como: ¿Cómo hemos de vivir en libertad, paz y justicia?, y ¿Cómo construiremos juntos la comunidad, especialmente en medio de los procesos de globalización en marcha?[1]

De acuerdo a lo anterior hay una gran responsabilidad de parte de los súbditos del reino, quienes según el sermón del Monte deben vivir bajo los criterios mencionados en la primera parte de este trabajo, para poder contribuir a que en nuestro contexto se viva bajo los parámetros del reino, es decir un reino de justicia y paz. Obviamente por no estar el reino todavía aquí no se puede disfrutar plenamente de estas condiciones, pero se puede experimentar en la medida que cada persona se acerque a Cristo, por medio de dicha proclamación, porque como dice Pablo: él es nuestra paz (Ef 2:14).  Finalmente Como dice Padilla:
Desde la perspectiva neotestamentaria, el Reino de Dios no es exclusivamente un dato del futuro, sino también un nuevo orden que ha sido inaugurado por Jesucristo…En anticipación de la consumación al final del tiempo, el Reino se ha historizado en Jesucristo.[2]

Si el reino se ha historizado por medio de la encarnación del Hijo de Dios y de su presencia en medio nuestro, entonces la iglesia tiene la misión de cumplir la gran comisión, es decir ir a hacer discípulos enseñándoles acerca del reino de los cielos. (Mt 28:19-20). Ante esto y según el artículo de Schiapini la Formación espiritual es la meta del emerger humano a la luz de Jesucristo y el reino.[3] Entonces la evangelización de todo ser humano se convierte en la misión de la iglesia, tal como lo expresa Campos: “La iglesia tiene que evangelizar al mundo para reunir a los electos, dando oportunidad a toda persona de ser salva. De esa manera, Dios está completando su iglesia y llevando a cabo sus planes para poder traer el Reino milenial.”[4]
Pero el reino no solo es la proclamación del reino con las enseñanzas sino que debe ir acompañado de compasión y amor por los que sufren injusticias, por los más necesitados, tal como lo dice Santiago 2:26 “la fe sin las obras está muerta” (LBLA). En el pacto de Lasuana en uno de sus apartes se afirmó lo siguiente:
Expresamos además nuestro arrepentimiento, tanto por nuestra negligencia, como por haber concebido, a veces, la evangelización y la preocupación social como cosas que se excluyen mutuamente… ni el compromiso social es lo mismo que la evangelización… no obstante afirmamos que la evangelización y la acción social y política son parte de nuestro deber cristiano.[5]

Muchos han dejado de lado la labor social propia del reino de Dios, ya que hace parte de las enseñanzas de nuestro Señor, quién consoló, animó, sanó, liberó y proveyó ante las necesidades que se presentaban. En últimas es el cumplimiento de la profecía de Isaías 61 en Lucas 4:18-19 «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor». (NVI)
Aquí podemos decir que la responsabilidad de la iglesia para Latinoamérica es poder vivir el reino a la manera de Cristo y no del hombre, es aprender a renunciar a todo con el objetivo de la proclamación no solo en forma de credo sino de manera práctica. “Negarnos a nosotros mismos es pensar y actuar en función de lo que nos beneficia a todos, es vivir para la universalidad y globalidad del reino;… para beneficiar toda la creación de Dios.”[6]  
Antes se respondió la pregunta ¿dónde está el reino de Dios?, pero según Padilla[7] esa no debería ser la pregunta sino más bien debiéramos cuestionarnos ¿cómo participo (yo y mi comunidad de fe) en el reino prometido? Ante este interrogante es que debiéramos enfrentarnos para hacer del reino algo práctico y real ya que este fue el anuncio de Jesús cuando inauguró el reino allí en Marcos 1:15 “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.” (LBLA) Según Padilla “No es un mensaje meramente verbal, separable de las señales que lo corroboran, sino una buena noticia respecto de algo que puede oírse y verse (cf. Le 7.32)”[8]
Entonces entender los asuntos del reino y ponerlos en práctica es someternos a la voluntad de Dios para poder cumplir con el mensaje de Jesús ya que el reino de Dios se ha acercado.     



[1] Daniel S. Schipani. “Formación espiritual: La meta del emerger humano a la luz de Jesucristo y el reino de Dios”. Revista KAIROS No. 39 /julio - diciembre 2006 P. 93-102
[2] C. René Padilla. “El reino de Dios y la historia en la teología Latinoamericana” Cuadernos de teología 7, No.1 (1985): 5-12
[3] Daniel S. Schipani. “Formación espiritual
[4] Oscar A. Campos. R. “La misión de la iglesia y el reino de Dios en el evangelicalismo tradicional” revista Kairos No. 21. Julio-Diciembre 1997: 51-70
[5] Desarrollo cristiano. “El pacto de Lausana: Evangelización” Revista Apuntes pastorales, Julio 15 de 2005.
[6] Giacomo Cassese. ”Jesús constructor de comunidad: de la ideología del templo a la praxis del reino de Dios Revista Apuntes 19, No. 3, (1999): 68-79
[7] C. René Padilla. “El reino de Dios y la historia”
[8] C. René Padilla. “El reino de Dios y la historia”

2 comentarios:

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  2. Gracias por compartir él conocimiento y sabiduría que ha adquirido de lo alto.

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