lunes, 6 de noviembre de 2017

Reino de Dios (1a Parte)

¿Qué es el reino de Dios?
            El reino de Dios a la luz de los evangelios lo podemos definir como algo presente (Mt 12:28, Lc 17:20-21) pero futuro (Mt 26:29 y Mc 14:25), como lo dicen Fee y Stuart algo que está «ya/pero todavía no»[1], por lo menos así logra entenderse a la luz de las parábolas y de las expresiones de Jesús mismo. Sin entender esta tensión no es posible entender el concepto pleno del Reino.
            El reino de Dios es presente desde el mismo momento en que Jesús se encarna, ya que el viene como el rey, el mesías y se requiere de un reino para que pueda gobernar. Lo podemos entender con Hoff cuando dice: “Es un reino que llega con Jesús, y que El viene a instituir. En un sentido, la persona de Jesús constituye el reino de Dios entre los hombres”[2]. Es a partir de esto que podemos entender el Reino como algo presente. Para Rene Padilla el reino
Es una nueva realidad que ha entrado en el curso de la historia y afecta la vida humana no sólo moral y espiritualmente, sino también física, psicológica, económica, social y políticamente. En anticipación de la consumación al final del tiempo, el Reino se ha historizado en Jesucristo.[3]

El doctor Craig A. Evans en una entrevista que le realizaron, cuando le pidieron que explicará a que se refiere el reino de Dios, respondió lo siguiente:
No es complicado si nos situamos en el contexto semítico: Jesús estaba proclamando básicamente el "gobierno de Dios." Él demostró que el gobierno de Dios se dejaba sentir verdaderamente en su ministerio a través de sanidades y exorcismos. Jesús dijo en Lucas 11:20, "Pero si expulso a los demonios por el dedo de Dios (es decir, el gobierno de Dios), eso significa que ha llegado a ustedes el reino de Dios."”[4]

Entonces vemos que el reino es el gobierno de Dios establecido en todas las esferas de la sociedad y las afecta directamente, pero sin ser un reino humano, por lo cual debemos hacer la claridad en el tipo de reino que se establece, puesto que los judíos tenían la expectativa de un mesías-rey que vendría a gobernarlos y librarlos de la opresión, es decir un reino político, de este mundo, natural, humano. En palabras de Trenchard “los judíos en general esperaban la manifestación de un Reino glorioso en la tierra al venir el Mesías, según las múltiples profecías que conocían tan bien.”[5] Pero lo que Jesús establece no es precisamente ese tipo de reinado sino uno que es mayor, superior y perfecto. Es el reino que empieza a proclamar él mismo en Marcos 1:15 “…diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.” (LBLA).
Entonces estamos hablando de un reino que es espiritual y eterno, que descendió del cielo en y con la persona de Cristo, para establecerse en el corazón de los hombres, según Hoff no es un reino que deba verse únicamente en sentido moral y espiritual, fuera de este mundo, sino que se refiere a la soberanía de Dios en el corazón humano. Así lo expresa el Padrenuestro: venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la Tierra. (Mt 6:10)[6] 
Según los evangelios por ser un reino que se establece en el corazón de los hombres, requiere por tanto ciertas disposiciones o condiciones de parte de los hombres que hacen parte del mismo, es someterse a la voluntad del rey. Pero para poder ser súbditos fieles, Dios establece algunos parámetros que se deben cumplir por los mismos: Ser sal y luz al mundo (Mt 5:13-16), es decir servir al reino establecido por Cristo y mostrarlo al mundo por medio del testimonio; Hacerse como niños para poder entrar en el mismo (Mt 19:14, Mc 10:15), desechando toda pretensión propia para entrar en dependencia plena con Dios.[7] No depender de las riquezas, ya que estas se convierten en un obstáculo (Mt 19:23, Mc 10:23-24), más bien en las bienaventuranzas hizo énfasis a la condición de ser pobres para ingresar en el Reino (Lc 6:20), solo por mencionar algunos de los parámetros. Lo que si queda claro es como dice Hoff: “No es fácil ser súbdito del Rey, pues uno tiene que humillarse, negarse a sí mismo y tener dominio propio”[8]
Además como todo reino se encontrará con dificultades o circunstancias que quieran impedir su establecimiento o crecimiento. Esto lo podemos apreciar en algunas de las parábolas como la de la cizaña. Ante esto Hoff dice: “Hay un adversario malévolo que siempre trabaja para estorbar la extensión del reino y estropear el trigo”[9] Pero afortunadamente quien gobierna este reino es todopoderoso y tiene el control del mismo. Y continúa en su afirmación de esta parábola diciendo “La cizaña representa hombres que "sirven de tropiezo a los hijos del reino" y "hacen iniquidad"(Mateo 13: 41).”[10]
            Hasta aquí se hizo un breve esbozo del reino presente entre los hombres, pero el mismo tiene una connotación hacia el futuro, de acuerdo a las mismas expresiones de Jesús en los evangelios: “En verdad os digo: Ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios” Marcos 14:25 (LBLA). Por eso podemos afirmar con Hoff  que “Aunque el reino de Dios llega en la persona de Jesús, y se desarrolla en lo presente, no se limita a esta edad. Tendrá una consumación futura.”[11]
Al leer Hechos 1:6-7 se puede ver que antes de la ascensión de Cristo ante la pregunta de restaurar el reino de Israel él les enseña que no ha llegado todavía el tiempo del establecimiento del Reino mesiánico anunciado por los profetas y que ellos estaban esperando, sino que ahora era el inicio de un tiempo de espera y vigilia.[12]
El reino de Dios se establecerá plenamente con la segunda venida de Cristo según lo vemos en 1 Corintios 15:24 “entonces vendrá el fin, cuando El [Cristo] entregue el reino al Dios y Padre, después que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder.” (LBLA) tal como lo dice Trenchard “Cristo ha de reinar hasta que todas las cosas sean puestas debajo de su pies…al inaugurarse la Nueva Creación en plena manifestación.”[13]



[1] Gordon Fee y Douglas Stuart, Lectura Eficaz De la Biblia. Versión PDF (Editorial vida), 132
[2] Pablo Hoff, Se Hizo Hombre: La Fascinante Historia del Dios Hombre como se relata en los Evangelios Sinópticos (Miami, FL: Editorial Vida, 1990), 99
[3] C. René Padilla. “El reino de Dios y la historia en la teología Latinoamericana” Cuadernos de teología 7, No.1 (1985): 5-12
[4] Lee Strobel, El caso del Jesús verdadero: Un periodista investiga los ataques recientes contra la identidad de Cristo. Trad. por Pedro L. Gómez Flores (Grand Rapids, MI: Editorial Vida, 2008), 23
[5] Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios: Tratado general sobre los cuatro evangelios que analiza la vida, pasión y muerte de Jesucristo (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 1999), 43
[6] Pablo Hoff, Se Hizo Hombre, 99
[7] Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios, 43
[8] Pablo Hoff, Se Hizo Hombre, 121
[9] Pablo Hoff, Se Hizo Hombre, 156
[10] Pablo Hoff, Se Hizo Hombre, 157
[11] Pablo Hoff, Se Hizo Hombre, 99
[12] Juan Franco Benedetto, El reino de Dios se instaura con la segunda venida de Jesucristo: Estudio sobre la Segunda Venida de Jesucristo a la tierra, o “Parusía” 2ª Ed. Recuperado de http://www.la-parusia-viene.com.ar/pdfs/LIBRO%20COMPLETO%202013.pdf. 16 último acceso octubre 16 de 2017
[13] Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios, 135

1 comentario:

  1. Que bendición encontrar a mi proefesor de Hebreo y de Griego, compartiendo su conocimiento, bendiciones Pastor, desde Medellin, un abrazo

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