¿Qué es el reino de Dios?
El reino de Dios a
la luz de los evangelios lo podemos definir como algo presente (Mt 12:28, Lc
17:20-21) pero futuro (Mt 26:29 y Mc 14:25), como lo dicen Fee y Stuart algo
que está «ya/pero todavía no»[1],
por lo menos así logra entenderse a la luz de las parábolas y de las
expresiones de Jesús mismo. Sin entender esta tensión no es posible entender el
concepto pleno del Reino.
El reino de Dios
es presente desde el mismo momento en que Jesús se encarna, ya que el viene
como el rey, el mesías y se requiere de un reino para que pueda gobernar. Lo
podemos entender con Hoff cuando dice: “Es un reino que llega con Jesús, y que
El viene a instituir. En un sentido, la persona de Jesús constituye el reino de
Dios entre los hombres”[2].
Es a partir de esto que podemos entender el Reino como algo presente. Para Rene
Padilla el reino
Es
una nueva realidad que ha entrado en el curso de la historia y afecta la vida
humana no sólo moral y espiritualmente, sino también física, psicológica,
económica, social y políticamente. En anticipación de la consumación al final
del tiempo, el Reino se ha historizado en Jesucristo.[3]
El doctor Craig A. Evans en una
entrevista que le realizaron, cuando le pidieron que explicará a que se refiere
el reino de Dios, respondió lo siguiente:
No
es complicado si nos situamos en el contexto semítico: Jesús estaba proclamando
básicamente el "gobierno de Dios." Él demostró que el gobierno de
Dios se dejaba sentir verdaderamente en su ministerio a través de sanidades y
exorcismos. Jesús dijo en Lucas 11:20, "Pero si expulso a los demonios por
el dedo de Dios (es decir, el gobierno de Dios), eso significa que ha llegado a
ustedes el reino de Dios."”[4]
Entonces vemos que el reino es el
gobierno de Dios establecido en todas las esferas de la sociedad y las afecta
directamente, pero sin ser un reino humano, por lo cual debemos hacer la
claridad en el tipo de reino que se establece, puesto que los judíos tenían la
expectativa de un mesías-rey que vendría a gobernarlos y librarlos de la
opresión, es decir un reino político, de este mundo, natural, humano. En
palabras de Trenchard “los judíos en general esperaban la manifestación de un
Reino glorioso en la tierra al venir el Mesías, según las múltiples profecías
que conocían tan bien.”[5] Pero
lo que Jesús establece no es precisamente ese tipo de reinado sino uno que es
mayor, superior y perfecto. Es el reino que empieza a proclamar él mismo en
Marcos 1:15 “…diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha
acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.” (LBLA).
Entonces estamos hablando de un
reino que es espiritual y eterno, que descendió del cielo en y con la persona
de Cristo, para establecerse en el corazón de los hombres, según Hoff no es un
reino que deba verse únicamente en sentido moral y espiritual, fuera de este
mundo, sino que se refiere a la soberanía de Dios en el corazón humano. Así lo
expresa el Padrenuestro: venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo,
así también en la Tierra. (Mt 6:10)[6]
Según los evangelios por ser un
reino que se establece en el corazón de los hombres, requiere por tanto ciertas
disposiciones o condiciones de parte de los hombres que hacen parte del mismo,
es someterse a la voluntad del rey. Pero para poder ser súbditos fieles, Dios
establece algunos parámetros que se deben cumplir por los mismos: Ser sal y luz
al mundo (Mt 5:13-16), es decir servir al reino establecido por Cristo y
mostrarlo al mundo por medio del testimonio; Hacerse como niños para poder
entrar en el mismo (Mt 19:14, Mc 10:15), desechando toda pretensión propia para
entrar en dependencia plena con Dios.[7] No
depender de las riquezas, ya que estas se convierten en un obstáculo (Mt 19:23,
Mc 10:23-24), más bien en las bienaventuranzas hizo énfasis a la condición de
ser pobres para ingresar en el Reino (Lc 6:20), solo por mencionar algunos de
los parámetros. Lo que si queda claro es como dice Hoff: “No es fácil ser
súbdito del Rey, pues uno tiene que humillarse, negarse a sí mismo y tener
dominio propio”[8]
Además como todo reino se encontrará
con dificultades o circunstancias que quieran impedir su establecimiento o
crecimiento. Esto lo podemos apreciar en algunas de las parábolas como la de la
cizaña. Ante esto Hoff dice: “Hay un adversario malévolo que siempre trabaja
para estorbar la extensión del reino y estropear el trigo”[9]
Pero afortunadamente quien gobierna este reino es todopoderoso y tiene el
control del mismo. Y continúa en su afirmación de esta parábola diciendo “La
cizaña representa hombres que "sirven de tropiezo a los hijos del
reino" y "hacen iniquidad"(Mateo 13: 41).”[10]
Hasta aquí se hizo
un breve esbozo del reino presente entre los hombres, pero el mismo tiene una
connotación hacia el futuro, de acuerdo a las mismas expresiones de Jesús en
los evangelios: “En verdad os digo: Ya no beberé más del fruto de la vid hasta
aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios” Marcos 14:25 (LBLA). Por
eso podemos afirmar con Hoff que “Aunque
el reino de Dios llega en la persona de Jesús, y se desarrolla en lo presente,
no se limita a esta edad. Tendrá una consumación futura.”[11]
Al leer Hechos 1:6-7 se puede ver
que antes de la ascensión de Cristo ante la pregunta de restaurar el reino de
Israel él les enseña que no ha llegado todavía el tiempo del establecimiento
del Reino mesiánico anunciado por los profetas y que ellos estaban esperando,
sino que ahora era el inicio de un tiempo de espera y vigilia.[12]
El reino de Dios se establecerá
plenamente con la segunda venida de Cristo según lo vemos en 1 Corintios 15:24 “entonces
vendrá el fin, cuando El [Cristo] entregue el reino al Dios y Padre, después
que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder.” (LBLA) tal como lo
dice Trenchard “Cristo ha de reinar hasta que todas las cosas sean puestas
debajo de su pies…al inaugurarse la Nueva Creación en plena manifestación.”[13]
[1] Gordon Fee y Douglas Stuart, Lectura
Eficaz De la Biblia. Versión PDF (Editorial vida), 132
[2] Pablo Hoff, Se
Hizo Hombre: La Fascinante Historia del Dios Hombre como se relata en los
Evangelios Sinópticos (Miami, FL: Editorial Vida, 1990), 99
[3] C. René
Padilla. “El reino de Dios y la historia en la teología Latinoamericana” Cuadernos
de teología 7, No.1 (1985): 5-12
[4] Lee Strobel, El
caso del Jesús verdadero: Un periodista investiga los ataques recientes contra
la identidad de Cristo. Trad. por Pedro L. Gómez Flores (Grand Rapids,
MI: Editorial Vida, 2008), 23
[5] Ernesto
Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios: Tratado general sobre los
cuatro evangelios que analiza la vida, pasión y muerte de Jesucristo (Grand
Rapids, MI: Editorial Portavoz, 1999), 43
[12] Juan Franco
Benedetto, El reino de Dios se instaura con la segunda venida de Jesucristo:
Estudio sobre la Segunda Venida de Jesucristo a la tierra, o “Parusía” 2ª
Ed. Recuperado de http://www.la-parusia-viene.com.ar/pdfs/LIBRO%20COMPLETO%202013.pdf. 16 último
acceso octubre 16 de 2017
Que bendición encontrar a mi proefesor de Hebreo y de Griego, compartiendo su conocimiento, bendiciones Pastor, desde Medellin, un abrazo
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