sábado, 25 de noviembre de 2017

Reino de Dios Vs. La Iglesia

Introducción
El libro de Hechos relata los acontecimientos referentes al inicio de la Iglesia, detallando luego el crecimiento y el testimonio del pueblo espiritual sobre la tierra.  Pero es la obra del Espíritu Santo la que permite dicho crecimiento por medio de la proclamación del evangelio.  El mensaje que Jesús les transmitió a los discípulos fue el del Reino de Dios.  Con base en este mensaje les envió a todas las naciones a que fueran testigos de Él y de su obra.  Al ser testigos obviamente tenían que seguir anunciando acerca de las buenas nuevas, es decir, del Reino de Dios.
Notamos que se habla del inicio de la Iglesia y del mensaje del Reino de Dios. Entonces surgen inquietudes al respecto tales como: ¿Tienen algo en común la Iglesia y el Reino de Dios? ¿Son la misma cosa? ¿Cuál es la relación entre ellos? ¿Qué diferencias presentan? ¿Pertenece la Iglesia al Reino de Dios o Viceversa? ¿Qué papel juega cada uno de ellos dentro de la vida del creyente? Estos y algunos otros interrogantes nos conducen a realizar un examen al libro de los Hechos para encontrar claridad al respecto.
Para el desarrollo de este breve trabajo se analizaran los términos Iglesia y Reino de Dios, para establecer las características tanto del uno como del otro, que nos ayuden a elaborar un cuadro comparativo.  En esta comparación se busca establecer la relación o diferencias establecidas entre ambos, que nos conduzcan a definir conclusiones pertinentes acerca del contenido de ambos.      
  
1.  La iglesia
CITA
TEXTO
OBSERVACIONES
2:47
Alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
En este pasaje no se utiliza el término Iglesia, pero cuando se habla de ellos, se refiere a los que conforman un grupo de creyentes que más adelante se denominaría Iglesia.
5:11
Y vino un gran temor sobre toda la Iglesia, y sobre todos los que supieron estas cosas.
Grupo de creyentes que pertenecen al pueblo de Dios.
8:1,3
Y Saulo estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la Iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y samaria, excepto los apóstoles.
Pero Saulo hacía estragos en la Iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en la cárcel.
Se habla de la iglesia ubicada en un lugar específico, Jerusalén. Los creyentes padecen amenazas y persecuciones, sus vidas estaban en peligro. Se esparcen a otras regiones para llevar la palabra o mensaje del evangelio, el cual es el Reino de Dios.
9:31
Entretanto la Iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu santo, seguía creciendo.
Iglesia en este caso esta en singular, aunque se refiere a varios lugares, con lo cual se recalca la unidad de la misma. Se entiende como grupo de creyentes que aprendía el mensaje de Dios y crecía espiritualmente.
11:22,26
Y la noticia de esto llegó a oídos de la iglesia en Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía.
Y cuando lo encontró, lo trajo a Antioquía. Y se reunieron con la iglesia por todo un año, y enseñaban a las multitudes; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.   
Ya se habla de iglesia en lugares diferentes, pero la unión de estas iglesias locales forma la Iglesia universal o cuerpo de Cristo.
Grupos de creyentes que se reunían en sitios específicos, para edificarse y crecer en la Gracia de Dios. Dirigidos por los apóstoles
12:1,5
Por aquel tiempo el rey Herodes echó mano a algunos que pertenecían a la iglesia para maltratarlos.
Así pues, Pedro era custodiado en la cárcel, pero la iglesia hacía oración ferviente a Dios por él.
Los cristianos reciben una nueva persecución. Vemos como la unidad que mantenían los creyentes, tenía efectos poderosos por la oración.  El pueblo de Dios comunicándose con su Señor y buscando el favor de Él. 
13:1
En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Níger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Se denota personas que son líderes entre los creyentes, y quienes son delegados para anunciar el mensaje del evangelio. Cuando se refiere a Manaén se ve que las personas pueden estar sometidas a reyes terrenales, pero los creyentes tienen un rey soberano, Jesús.
14:27 15:3,4
Cuando llegaron y reunieron a la iglesia, informaron de todas las cosas que Dios había hecho con ellos, y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Así que, siendo enviados por la iglesia, pasaron por Fenicia y samaria, relatando detalladamente la conversión de los gentiles, y causaban gran gozo a todos los hermanos.
Cuando llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, los apóstoles y los ancianos, e informaron de todo lo que Dios había hecho con ellos.
Pablo y Bernabé deciden informar acerca de la fundación de nuevas iglesias entre los gentiles.
Se nota una iglesia que delega y respalda.  En Jerusalén se ve una distribución de liderazgo dentro de la iglesia, que posiblemente ya estaba instituida en las otras iglesias también (Ancianos y apóstoles)
15: 41 16:5
Y viajaba por Siria y Cilicia confirmando a las iglesias.
Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y diariamente crecían en número.
Creyentes distribuidos en grupos en diferentes lugares.  Se requería la presencia de los apóstoles para edificar y establecer a estas iglesias locales.
18:22
Al desembarcar en Cesarea, subió a Jerusalén para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía.
Saludar a los creyentes en Jerusalén.
20:17,28
Y desde Mileto mandó mensaje a Efeso y llamó a los ancianos de la iglesia.
Tened cuidado de vosotros y de la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la Iglesia de Dios, la cual él compró con su propia sangre.
Los ancianos hacen parte del cuerpo de Cristo y son responsables de los demás creyentes, son los que guían, enseñan y cuidan a las ovejas a que se mantengan firmes en la Iglesia de Dios. Dios es Soberano y Señor de la Iglesia pero permite que algunos creyentes la administren.


2.  Síntesis sobre la iglesia
La iglesia se refiere a algo visible y terrenal, conformada por un grupo de creyentes en Cristo. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, quien a su vez es la cabeza. Está distribuida en lugares específicos, como iglesias locales, pero que unidas forman la Iglesia universal. Dios es señor absoluto, pero permite que los miembros o líderes sean los mayordomos, pero que también proclamen el mensaje del evangelio, para extender el Reino de Dios.  Por medio de la confesión de pecados y el arrepentimiento Dios mismo añade a la iglesia los que han de ser salvos.
Los creyentes físicamente sufren las persecuciones, algunos tienen que morir como mártires, dando testimonio a la Iglesia del costo de seguir a Cristo y proclamar el mensaje del Reino. Se pueden extraer algunos puntos concretos, así:
  • Dios es Señor de la Iglesia, pero los hombres la administran
  • Los creyentes son dirigidos por el Espíritu Santo
  • Los creyentes sufren las persecuciones y las obras de Satanás recaen sobre ellos
  • La iglesia es un grupo de personas que siguiendo las enseñanzas de los apóstoles han creído en Jesucristo como el Hijo de Dios.
  • La Iglesia proclama el mensaje del reino de Dios, con la autoridad y poder que Dios le ha dado por medio de Espíritu santo
  • La Iglesia está ubicada en sitios diversos como iglesias locales.
  • La iglesia crece por la obra del Espíritu Santo
  •  La Iglesia es el instrumento que utiliza Dios para llevar el Reino a los corazones de los hombres, y para defenderlo aquí en los reinos terrenales.
  • Aunque la Iglesia está ubicada en los reinos terrenales hace parte del Reino de Dios.
  • Los creyentes son ciudadanos del Reino de Dios.

3.  El reino de Dios
CITA
TEXTO
OBSERVACIONES
1:3
A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo concerniente al reino de Dios.
Se resume el corazón de la enseñanza de Jesús.
Se refiere al gobierno de Dios y se relaciona con la persona del rey.  Los creyentes como ciudadanos de este Reino reciben la remisión de pecados y la vida eterna.
1:6
Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino de Israel?
Los discípulos aun siguen pensando en un reino terrenal.  Reconocen que Jesús es su gobernador soberano, pero no entienden que el Reino de Dios era espiritual y universal
8:12
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre De Cristo Jesús, se bautizaban, tanto hombres como mujeres.
Se hace hincapié en el reinado y la soberanía de Dios en este mundo, en oposición a las obras de Satanás.  El nombre doble de Cristo Jesús revela tanto su ministerio terrenal, como su oficio divino.
14:22
Fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que perseveraran en la fe, y diciendo: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
La entrada al Reino es personal, y conlleva muchas tribulaciones. Es necesario que el creyente responda al evangelio de Cristo para entrar en el Reino, porque este no es terrenal sino celestial. La entrada al Reino es algo que está enmarcado en el futuro para los creyentes
19:8
Entró Pablo en la sinagoga, y por tres meses continuó hablando denodadamente, discutiendo y persuadiéndoles acerca del reino de Dios.
Se entiende aquí como la proclamación de la palabra de Dios, es decir el evangelio.
20:25
Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de vosotros, entre quienes anduve predicando el reino, volverá a ver mi rostro.
Pablo fue testigo  de Jesús ente los ancianos y la iglesia de Efeso. Siempre anuncio el evangelio, es decir el Reino de Dios. Mostró a Jesús como el gobernador supremo, el rey.
28:23
Y habiéndole fijado un día, vinieron en gran número a donde él posaba, y desde la mañana hasta la tarde les explicaba testificando fielmente sobre el reino de Dios, y procurando persuadirlos acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.
Pablo otra vez muestra en Jesús al rey, al Mesías, el único que podría dar libertad, pero no terrenal sino eterna.
28:31
Predicando el reino de Dios, y enseñando todo lo concerniente al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbo.
Nuevamente vemos la relación entre Jesús y el Reino de Dios. Reino eterno y celestial con un gobernador único y soberano sobre su pueblo (la Iglesia)


4. Síntesis sobre el reino de Dios
Se puede concluir que el Reino de Dios no se refiere a algo visible, ni terrenal. Es algo que hace parte exclusivamente de Dios, pero en el cual pueden participar todos los que crean al mensaje del evangelio.  Dicho Reino está constituido con Cristo como soberano rey y gobernador. Cristo en su obra expiatoria del pecado en la cruz y en su resurrección hace posible que los creyentes tengan entrada al Reino de Dios.  Además los creyentes deben manifestar algunas características, para ser dignos de pertenecer a dicho Reino,  tales como: Soportar la tribulación, los sufrimientos, las persecuciones, además de ser edificados y crecer espiritualmente. De esto se pueden concretar algunos puntos relevantes:
  • Dios es Señor del Reino, Él tiene la autoridad.
  • Cristo es el rey y gobernador
  • El Reino de Dios se antepone al reino de Satanás
  • El Reino pertenece a los que creen en el mensaje del evangelio
  • El Reino no es terrenal sino celestial
  • Se manifiesta en el corazón de los creyentes
  • El Reino es las buenas nuevas para los que quieran escuchar.
  • Predicar a Jesucristo, su muerte y resurrección,  es predicar el Reino de Dios.
  • Es un reinado que se manifiesta en el corazón de los creyentes.
  • La edificación de la iglesia está a cargo de los líderes, pero la proclamación del evangelio, es decir del Reino está a cargo de toda la iglesia.
 5. Relación entre iglesia y reino de Dios
Al comparar la síntesis de la iglesia con la del Reino de Dios notamos algunos contrastes tales como: Una es terrenal y visible y el otro es espiritual; Todos los que pertenecen a la iglesia no pertenecen al Reino; la autoridad de ambos pertenece a Dios pero en la iglesia Él permite que la administren los hombres, en el Reino Él es soberano absoluto.
A pesar de los anteriores contrastes y otros que se presentan, no podemos decir que Iglesia y Reino de Dios sean antagónicos.  Por el contrario, se deduce que aunque no son la misma cosa la Iglesia y el reino tienen mucha relación.  La Iglesia es creada por el reino, con el fin de que ésta lo proclame al mundo. La iglesia no es un fin en sí misma, es un medio para proclamar el evangelio. Debe estar disciplinada por el Reino y actuar y vivir para los fines de Reino.  La Iglesia tiene vida cuando tiene su centro en el Reino y no en sí misma.
El reino es la esfera de la salvación, en tanto que la Iglesia es la esfera de la comunión, del testimonio y del goce de las bendiciones del Reino.  El Reino de Dios no es material es justicia, gozo, paz y poder, es algo espiritual, pero que se puede experimentar en el corazón de los creyentes. Una persona puede pertenecer a una iglesia, pero no por ello hace parte del Reino, esto se logra cuando hay un pleno convencimiento de la obra redentora de Jesús.
El creyente puede experimentar el Reino en su corazón cuando nace de nuevo.  Cuando tiene a Cristo como Señor y Salvador de su vida, no lo experimenta en su totalidad,  pero tendrá una parte de él en su corazón.   La Iglesia es la encargada de que el mundo conozca de ese Reino, y abra las puertas de sus corazones para que entre en cada persona

Conclusión
Podemos concluir diciendo que al tener una concepción más clara de lo que es la Iglesia y el Reino de Dios y la relación existente entre ellos, tenemos un gran reto por delante. Reto porque la Iglesia está llamada a ser embajadora de Dios ante el mundo. Y como miembros del cuerpo de Cristo debemos ser partícipes activos en la proclamación del evangelio, buscando como prioridad que Dios establezca su Reino en el corazón de las personas.  Pero ¿se está logrando esto en la actualidad? ¿O estamos más preocupados por llenar los templos dejando sin fundamento a la personas?
Al ver la iglesia en la actualidad se crea un ambiente de desconsuelo. Con tantas denominaciones en las cuales cada una busca sus propios intereses, se ve más una lucha por llenar las iglesias, que por lograr que las personas se encuentren en el Reino de Dios.  Hay una preocupación por seguir buscando soldados que proclamen el evangelio de Cristo, cuando ni siquiera se ponen a funcionar los soldados que ya se tienen.
Es necesario que la Iglesia deje de ser un fin en sí misma y se preocupe más por cumplir la misión para la cual fue creada.  Que sea el verdadero instrumento en las manos de Dios para que realmente él pueda establecer el Reino.

 Nota final: No hay referencias ni bibliografía por tratarse de un estudio personal, en el cual no se consultó fuente alguna.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Reino de Dios (Conclusión)

Relevancia del tema del reino de Dios para la iglesia latino-americana en el siglo 21
            Hasta aquí hemos respondido preguntas importantes sobre el Reino de Dios, tales como ¿Qué es el reino de Dios?, ¿Dónde inicia y dónde culmina? Y por último ¿Dónde está?, pero quedan más interrogante por resolver: ¿Tiene alguna relación este estudio con Latinoamérica?, ¿Es relevante para la iglesia en este siglo? Obviamente se puede responder a estas cuestiones con un rotundo sí, pero para entenderlo se presenta a continuación a manera de conclusión un análisis de cómo influye el tema del reino de Dios con la iglesia en Latinoamérica en la actualidad.
            Para resolver estos interrogantes debemos pensar un poco cuál es la realidad que nos asiste en este momento histórico en Latinoamérica. En lo socio-político es una situación de diferenciación en las clases sociales, donde los pobres cada vez se ven más sumidos en su situación precaria, y donde se levantan gobiernos que poco interés muestran por solucionar esta situación, sino por el contrario levantan políticas de estado para seguir favoreciendo a los que más tienen. En lo eclesial y doctrinal tenemos el nacimiento de nuevas iglesias con doctrinas, que lejos de proclamar el evangelio están enfrascados en los asuntos materiales de este mundo, olvidándose de los más necesitados.    
            Ante este panorama se requiere pensar que la iglesia tiene la responsabilidad de proclamar el evangelio del reino de Dios a todas las personas pero especialmente a los más pobres y necesitados, los que sufren injusticias, los que viven en angustia por su situación, porque a ellos pertenece el reino tal como lo dice la primera bienaventuranza expresada por Lucas 6:20 “Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios” (LBLA), Ante esto afirma Schipani:
En nuestro caso se trata de la tremenda responsabilidad y privilegio de intervenir intencionalmente para guiar, estructurar y evaluar el aprendizaje a la luz de preguntas tan fundamentales como: ¿Cómo hemos de vivir en libertad, paz y justicia?, y ¿Cómo construiremos juntos la comunidad, especialmente en medio de los procesos de globalización en marcha?[1]

De acuerdo a lo anterior hay una gran responsabilidad de parte de los súbditos del reino, quienes según el sermón del Monte deben vivir bajo los criterios mencionados en la primera parte de este trabajo, para poder contribuir a que en nuestro contexto se viva bajo los parámetros del reino, es decir un reino de justicia y paz. Obviamente por no estar el reino todavía aquí no se puede disfrutar plenamente de estas condiciones, pero se puede experimentar en la medida que cada persona se acerque a Cristo, por medio de dicha proclamación, porque como dice Pablo: él es nuestra paz (Ef 2:14).  Finalmente Como dice Padilla:
Desde la perspectiva neotestamentaria, el Reino de Dios no es exclusivamente un dato del futuro, sino también un nuevo orden que ha sido inaugurado por Jesucristo…En anticipación de la consumación al final del tiempo, el Reino se ha historizado en Jesucristo.[2]

Si el reino se ha historizado por medio de la encarnación del Hijo de Dios y de su presencia en medio nuestro, entonces la iglesia tiene la misión de cumplir la gran comisión, es decir ir a hacer discípulos enseñándoles acerca del reino de los cielos. (Mt 28:19-20). Ante esto y según el artículo de Schiapini la Formación espiritual es la meta del emerger humano a la luz de Jesucristo y el reino.[3] Entonces la evangelización de todo ser humano se convierte en la misión de la iglesia, tal como lo expresa Campos: “La iglesia tiene que evangelizar al mundo para reunir a los electos, dando oportunidad a toda persona de ser salva. De esa manera, Dios está completando su iglesia y llevando a cabo sus planes para poder traer el Reino milenial.”[4]
Pero el reino no solo es la proclamación del reino con las enseñanzas sino que debe ir acompañado de compasión y amor por los que sufren injusticias, por los más necesitados, tal como lo dice Santiago 2:26 “la fe sin las obras está muerta” (LBLA). En el pacto de Lasuana en uno de sus apartes se afirmó lo siguiente:
Expresamos además nuestro arrepentimiento, tanto por nuestra negligencia, como por haber concebido, a veces, la evangelización y la preocupación social como cosas que se excluyen mutuamente… ni el compromiso social es lo mismo que la evangelización… no obstante afirmamos que la evangelización y la acción social y política son parte de nuestro deber cristiano.[5]

Muchos han dejado de lado la labor social propia del reino de Dios, ya que hace parte de las enseñanzas de nuestro Señor, quién consoló, animó, sanó, liberó y proveyó ante las necesidades que se presentaban. En últimas es el cumplimiento de la profecía de Isaías 61 en Lucas 4:18-19 «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor». (NVI)
Aquí podemos decir que la responsabilidad de la iglesia para Latinoamérica es poder vivir el reino a la manera de Cristo y no del hombre, es aprender a renunciar a todo con el objetivo de la proclamación no solo en forma de credo sino de manera práctica. “Negarnos a nosotros mismos es pensar y actuar en función de lo que nos beneficia a todos, es vivir para la universalidad y globalidad del reino;… para beneficiar toda la creación de Dios.”[6]  
Antes se respondió la pregunta ¿dónde está el reino de Dios?, pero según Padilla[7] esa no debería ser la pregunta sino más bien debiéramos cuestionarnos ¿cómo participo (yo y mi comunidad de fe) en el reino prometido? Ante este interrogante es que debiéramos enfrentarnos para hacer del reino algo práctico y real ya que este fue el anuncio de Jesús cuando inauguró el reino allí en Marcos 1:15 “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.” (LBLA) Según Padilla “No es un mensaje meramente verbal, separable de las señales que lo corroboran, sino una buena noticia respecto de algo que puede oírse y verse (cf. Le 7.32)”[8]
Entonces entender los asuntos del reino y ponerlos en práctica es someternos a la voluntad de Dios para poder cumplir con el mensaje de Jesús ya que el reino de Dios se ha acercado.     



[1] Daniel S. Schipani. “Formación espiritual: La meta del emerger humano a la luz de Jesucristo y el reino de Dios”. Revista KAIROS No. 39 /julio - diciembre 2006 P. 93-102
[2] C. René Padilla. “El reino de Dios y la historia en la teología Latinoamericana” Cuadernos de teología 7, No.1 (1985): 5-12
[3] Daniel S. Schipani. “Formación espiritual
[4] Oscar A. Campos. R. “La misión de la iglesia y el reino de Dios en el evangelicalismo tradicional” revista Kairos No. 21. Julio-Diciembre 1997: 51-70
[5] Desarrollo cristiano. “El pacto de Lausana: Evangelización” Revista Apuntes pastorales, Julio 15 de 2005.
[6] Giacomo Cassese. ”Jesús constructor de comunidad: de la ideología del templo a la praxis del reino de Dios Revista Apuntes 19, No. 3, (1999): 68-79
[7] C. René Padilla. “El reino de Dios y la historia”
[8] C. René Padilla. “El reino de Dios y la historia”

domingo, 12 de noviembre de 2017

Reino de Dios (3a Parte)

¿Dónde está el reino de Dios?
            Nos encontramos ahora con este interrogante sobre la ubicación del reino de Dios, para responderlo se debe recordar que en la historia de la humanidad un estado o reino para ser instituido requiere de pueblo, leyes (gobierno) y territorio, pero el reino de Dios carece de territorio, aunque posee súbditos, aquellos que atienden el llamado al arrepentimiento, gobierno, ya que Jesús mismo es el rey, entonces surge el interrogante dónde está establecido este reino.
Cabe notar que no existe ningún pasaje en las Escrituras que nos hable de una ubicación geográfica del reino, como sucede con los reinos terrenales. Este reino es diferente en su definición, en su inicio, en su culminación, pero de igual forma lo es en su ubicación espacial. Recordamos que en la sección anterior se habló de la expectativa por parte de los judíos de un reino terrenal, pero en definitiva el reino instaurado por Dios es de otra naturaleza, es espiritual y eterno. ¡Pero qué reino más peculiar fue aquel del Nazareno, quien no tenía donde reclinar la cabeza![1]
En los pasajes donde se encuentra la oración del Padre nuestro: Lucas 11:2 y Mateo 6:10, cuando el Señor le enseña a sus discípulos a orar, les dice “venga tu reino”, él está afirmando que el reino de Dios no está aún aquí, por eso hay que rogarle al padre para que lo traiga. Por el contexto de estos pasajes se puede determinar que el reino de los cielos se va estableciendo en el corazón de los nuevos creyentes, de los nuevos súbditos del reino, los que atienden el llamado de Jesús a nacer de nuevo, Hendriksen lo expone de la siguiente manera: “Esta es una oración. En la historia de las misiones se ha demostrado repetidas veces que la venida o entrada del reino de Dios en los corazones humanos requiere oración ferviente (Mt. 7:7; Mr. 9:29; Hch. 4:31; 13:3)”[2]
            Pero el reino de Dios tal como se instauró en la encarnación del Hijo de Dios, y se fue haciendo evidente con el desarrollo de su misión nos indica que el reino de Dios se establece dónde está Dios mismo, en últimas es el establecimiento de su gobierno. Es en la persona misma de Jesús que podemos ver establecido el reino, tal como lo indica Trenchard:
Jesús… añade: «Y si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios» (Mt. 12:22–28). La manifestación de su poder sobre el reino satánico era evidencia clara del triunfo del Reino de Dios en su persona.[3]

            Esta idea se puede complementar con Lucas 17:20-21 “Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, Jesús les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles, ni dirán: “¡Mirad, aquí está!” o: “¡Allí está!” Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está.” (LBLA), aquí los fariseos tienen un concepto errado del reino pensando que se establecería aquí en la tierra, según las expectativas que manejaban, pero Jesús les responde de manera que los sorprende manifestándoles que está aquí entre ellos, no menciona un lugar concreto, ni siquiera dice que está en ellos sino entre ellos, al respecto  Hendriksen manifiesta lo siguiente:
Jesús declara que el reino—o, aquí es preferible decir reinado, gobierno—de Dios es básicamente espiritual en su esencia. Es de adentro, o si uno prefiere, está dentro de una persona. Dondequiera que Dios es reconocido en verdad y honrado como Rey, allí uno encuentra su reino o reinado[4]

            Es necesario ante esta perspectiva buscar el reino de Dios como una condición necesaria de ser súbdito del mismo, así lo proclaman Mateo y Lucas. Ese buscar implica arrepentimiento y sometimiento a las leyes y el gobierno del reino de Dios para ser partícipes del mismo y recibir las bendiciones que de él emanan. Hacer esto es entender que el reino lo podemos encontrar en la medida que nos acerquemos a Cristo y creamos que él está con nosotros por medio del paracletos. Las personas que viven en reinos terrenales se preocupan por vivir bajo las normas de los mismos, buscando las cosas terrenas, pero los súbditos, los que han logrado entender dónde está el reino de los cielos se preocupan por buscarlo para disfrutar de sus maravillas, tal como Jesús se lo manifestó a Nicodemo, es necesario nacer de nuevo, en palabras de Packer, Tenney y White Jr  “Nicodemo,… Acudió a Él una noche, y le preguntó cómo podía entrar en el reino de Dios, que es el reino de la redención y de la salvación. Jesús le dijo a Nicodemo que tendría que “nacer de nuevo” (Juan 3:3); en otras palabras, tenía que llegar a ser una nueva persona”[5] es decir que Cristo estuviera en su corazón.
            Pero como el reino de Dios tiene una naturaleza futura, también el reino está en la eternidad, de donde llegará a establecerse plenamente cuando Cristo venga por segunda vez. Trenchard lo dice de la siguiente manera: “Evidentemente el propósito de Mateo era el de convencer a sus compatriotas de que el Mesías había venido, y que había establecido su Reino «en misterio», con la promesa de volver para hacerlo visible en la consumación del siglo”[6]
                Es un reino que no es visible tal como lo dice Lucas en 17:20 “El reino de Dios no viene con señales visibles” por lo tanto es incomprensible para el hombre alejado de Dios, solo los que han procedido al arrepentimiento lograrán entrar en este reino que se establecerá eternamente bajo el señorío de Cristo, tal como lo expresa Trenchard: “…hasta que se manifieste delante de los ojos deslumbrados de la raza, mayormente rebelde, que no sabe comprender el concepto de «reino» más que en términos de sus accidentes externos y superficiales.”[7]
            Finalmente como se mencionó anteriormente el reino de Dios está donde está Dios mismo.



[1] Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios: Tratado general sobre los cuatro evangelios que analiza la vida, pasión y muerte de Jesucristo (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 1999), 251
[2] William Hendriksen. Comentarios al Nuevo testamento: El Evangelio según san Mateo. Trad. por Humberto Casanova. (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2007), 346
[3] Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios, 130
[4] William Hendriksen. Comentarios al Nuevo testamento: El Evangelio según san Lucas. Trad. por Pedro Vega. (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2002), Versión PDF, 557
[5] James I. Packer, Merrill C. Tenney, and William White Jr, eds., El Mundo Del Nuevo Testamento (Miami, FL: Editorial Vida, 1985). Páginas 4-105 Exportado de Logos Bible Software, 12:30 PM July 02, 2016
[6] Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios, 41
[7] Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios, 251