jueves, 19 de octubre de 2017

Retrato discípulos según Marcos

Retrato discípulos según Marcos
El evangelio de Marcos presenta unas características peculiares que solo le pertenecen a él. Entre esas está el retrato negativo que hace de los discípulos y muestra a Jesús tratándolos con dureza en algunas ocasiones. Por lo anterior en este breve ensayo se presentan tres episodios que nos ayudan a ilustrar cómo se observa esta característica en el evangelio y las implicaciones de ello, tomando las citas de la NVI.
Pasajes en Marcos que ilustran esta característica del Evangelio:
1.    Marcos 7: 17 Después de que dejó a la gente y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron sobre la comparación que había hecho.18 ― ¿Tampoco ustedes pueden entenderlo? —les dijo— ¿No se dan cuenta de que nada de lo que entra en una persona puede contaminarla?
Jesús Estaba en una discusión con los fariseos y algunos escribas sobre la tradición de lavarse las manos antes de comer (7:1), luego llamó a la multitud (7:14) para hablarles acerca de lo que verdaderamente contamina a un hombre 87:15) Pero al terminar estas dos escenas y quedar a solas con los discípulos ellos preguntaron acerca de la parábola, lo que lleva a Jesús a reaccionar contra ellos, recriminándoles por su falta de entendimiento. Jesús acusa a los discípulos de embotamiento mental y torpeza espiritual.[1]

2.    Marcos 8:14 A los discípulos se les había olvidado llevar comida, y solo tenían un pan en la barca. 15 ―Tengan cuidado —les advirtió Jesús—; ¡ojo con la levadura de los fariseos y con la de Herodes! 16 Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no tenemos pan». 17 Al darse cuenta de esto, Jesús les dijo: ― ¿Por qué están hablando de que no tienen pan? ¿Todavía no ven ni entienden? ¿Tienen la mente embotada? 18 ¿Es que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen? ¿Acaso no recuerdan? 19 Cuando partí los cinco panes para los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron? ―Doce —respondieron. 20 ―Y, cuando partí los siete panes para los cuatro mil, ¿cuántas cestas llenas de pedazos recogieron? ―Siete. 21 Entonces concluyó: ― ¿Y todavía no entienden? (Cursiva y negrilla agregada)
En este pasaje vemos un diálogo entre Jesús y sus discípulos, pero donde estos últimos muestran ignorancia ante el tema que están tratando. Ellos están concentrados en una interpretación literal de lo que Jesús les está hablando. Piensan que el Maestro se está refiriendo al hecho de que no habían llevado pan (comida) para alimentarse en el recorrido. Pero ante la advertencia de Jesús de cuidarse de la levadura de los fariseos y de Herodes, él estaba pensando en un asunto espiritual, relacionado directamente con las enseñanzas de estos dos grupos. Pero aun así los discípulos empiezan a especular que es lo que les está diciendo y siguen pensando en el pan que dejaron de llevar.
Ante esta actitud Jesús les recrimina de manera drástica, señalándoles de ser hombres faltos de entendimiento y no es para menos, ya que él mismo les recuerda los dos milagros donde multiplicó los panes. Es decir Jesús les insta a pensar que si ya hizo dos veces el mismo milagro para multitudes, ¿no sería posible hacerlo para sus discípulos?
Las preguntas que usa Jesús: ¿Todavía no ven ni entienden? ¿Tienen la mente embotada? ¿Es que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen? Son preguntas que revelan la decepción de Jesús ante el embotamiento intelectual de sus discípulos. Las preguntas tienen que ver con el intelecto[2].

3.    Marcos 10:13 Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. 14 Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. 15 Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él». 16 Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos. (cursiva y negrilla agregada)
Nos encontramos con este pasaje en una escena que parece muy normal en el ministerio de Jesús. Él estaba enseñándole a las multitudes (10:1) y de repente empezaron a acercarle los niños para que los tocase, en una acción que no afectaba mucho al maestro, pero tristemente, una vez más los discípulos volvieron a intervenir marcando distancias y alejando a las personas sencillas. Parecía que nunca iban a aprender, y esto a pesar de las claras enseñanzas del Señor en relación a este asunto, ya en 9:37 les había dado una lección tomando a un niño entre sus brazos. Sin embargo, los discípulos reaccionaron, posiblemente intentando proteger a Jesús, pensando en que estaban haciendo algo correcto, ellos no reprendían a los niños, sino a sus padres y en general a todos los que los traían[3] impidiendo que trajesen a sus pequeños. No hay duda de que la intención de los discípulos fue buena, a pesar de que hicieron algo equivocado.
Cuando Jesús los vio, se indignó y reprendió seriamente a aquellos discípulos. Les dijo: "no hagáis eso, deteneos. Dejad que los niños vengan a mí, porque a ellos les pertenece el reino de Dios." Era como estarles reiterando nuevamente lo dicho en 9:37. Posiblemente el enojo se debía a eso, si ya se los había dicho, ¿cómo no lo habían entendido? No comprendieron el punto relacionado con la vida de los niños y eso era lo que estaba corrigiendo Jesús. De modo que le dice: "dejad de impedirles que se acerquen, dejad que vengan a mí. Quitaos de su camino y dejad que vengan." Hendriksen al respecto dice:Por supuesto que la indignación de nuestro Señor tenía una estrecha relación con su amor. Estaba enojado con sus discípulos porque amaba tan profunda y tiernamente a los pequeños y a los que los traían”[4]

Conclusión
Es complejo pensar por qué razón Marcos presenta estos episodios de los discípulos en una forma negativa. Podrían argumentarse varias razones, pero al analizar los pasajes anteriores vemos que el disgusto y llamado de atención por parte de Jesús se dio generalmente en asuntos que ellos ya habían experimentado o escuchado, entonces Jesús esperaría ya comprensión de parte de ellos, pero por el contrario ellos se muestran como ignorantes. Frases como ¿Y todavía no entienden? Nos dan evidencia de esto, es decir como si Cristo quisiera decirles pero eso ya deberían saberlo, ya deberían entenderlo.
Han pasado cerca de 2.000 años desde que sucedieron los acontecimientos narrados antes, pero la situación sigue siendo la misma en muchos que dicen ser discípulos de Cristo. Teniendo las Escrituras y el conocimiento con respecto a la resurrección del Señor, aun así siguen viviendo igual o aun peor que los discípulos. No logran entender las verdades enseñadas por Cristo y menos obedecerlas, por eso podríamos pensar que si Jesús se les presentará hoy les diría lo mismo ¿Y todavía no entienden? Por eso se hace necesario reflexionar acerca de la manera en que estamos interpretando la Palabra de Dios y si lo estamos haciendo con entendimiento o sencillamente lo hacemos a nuestra manera.




[1] A.T. Robertson. Comentario al texto griego del Nuevo Testamento. Trad. Santiago Escuain. Barcelona, España: Clie, 2003. 87
[2] A.T. Robertson. Comentario al texto griego. 89
[3] William Hendriksen. Comentarios al Nuevo testamento: El Evangelio según san Marcos. Trad. por Alejandro Aracena. Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 1998. 389
[4] William Hendriksen. Comentarios al Nuevo testamento, 390





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