lunes, 11 de diciembre de 2017

Breve análisis del Concilio de Jerusalén

INTRODUCCIÓN
En el contexto actual son muchas las dificultades que enfrentan las iglesias.  Algunas no encuentran soluciones prontas y eficientes, porque centran su atención en los detalles menores, dejando escapar los más importantes. Se buscan modelos por un lado y por el otro, queriendo encontrar la mejor aplicación para la solución de conflictos al interior de la iglesia, pero se queda únicamente en el intento. La descentralización dada en las diferentes denominaciones, dada por el crecimiento de las mismas, lleva a que se tomen soluciones diferentes en las iglesias locales, para un mismo problema.  No se dan cuenta que dentro de una misma misión varias iglesias afrontan los mismos conflictos, que se podrían solucionar desde la iglesia madre, sin afectar la dirección y trabajo ministerial de sus miembros.
Al remitirnos al libro de Hechos de los apóstoles encontramos que la Iglesia primitiva en su comienzo tuvo que afrontar algunos conflictos.  En todos los casos los apóstoles tomaron control de la situación y en forma clara y concisa plantearon soluciones benéficas tanto para la iglesia en general, como para sus miembros en forma individual.  Por encima predominaba el mensaje del evangelio y el poder del Espíritu Santo.  Entre los conflictos presentados tenemos el que se discutió en el concilio de Jerusalén (Hechos 15) y que marco diferencia, por la importancia que presentó para el desarrollo de la iglesia entre los gentiles, sin afectar a los judíos creyentes.
Dado lo anterior se requiere analizar cuál fue el problema presentado en dicho concilio, cómo se planteó la solución, sobre qué bases lo hicieron y quienes fueron los líderes que intervinieron en cada lado. Al finalizar este breve trabajo se podrán tener algunas bases para determinar quiénes son las personas más idóneas dentro de la iglesia para la toma de decisiones, y conocer cuál es una de las formas más correcta de enfrentar los conflictos dentro de la misma.

1. BOSQUEJO PRELIMINAR
A continuación se presenta un breve bosquejo del pasaje bíblico del concilio de Jerusalén, para tener claro cuáles son los puntos a desarrollar:

CONCILIO DE JERUSALEN                                           15:1-32
       A. Problema                                                                   15:1-5 
1. Discusión en Antioquía                             1-2                                         
2. Problema planteado en Jerusalén               3-5

       B. Debate en la asamblea                                               15:6-21
1. Apóstoles y ancianos reunidos                  6
2. Discurso de Pedro                                     7-11
3. Intervención de Bernabé y Pablo              12
4. Jacobo hablando                                        13-21

      C.   Redacción de la carta                                                           15:22-29
                 
      D.   Consuelo en Antioquía                                            15:30-32

 2. PROBLEMA
Hc 15:1  “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.”
Mientras Pablo y Bernabé enseñaban y predicaban en Antioquía, llegaron unos judíos procedentes de Jerusalén.  Estos judíos cristianos querían que cada creyente gentil se sujetara a la enseñanza de Moisés en cuanto a la circuncisión y algunas reglas sobre alimentos, fiestas entre otras. Al cumplir las anteriores llegarían entonces a ser judíos convertidos. Pablo y Bernabé objetaron enérgicamente está enseñanza.
            El efecto que tal enseñanza produciría entre los gentiles sería catastrófico.  Incluso hubiera podido llevar a la Iglesia a una división.  La  unidad  y  compañerismo  que  se vivían en ese momento quedarían a un lado.  Y algo más tremendo es el hecho de creer que los gentiles si no seguían tales prácticas no serían salvos. Al respecto dice Trenchard: “Podemos imaginar el efecto que produciría en el seno de una iglesia numerosa, la mayoría de cuyos miembros eran incircuncisos.  Después de haber disfrutado de tantas de las bendiciones de la nueva vida en la potencia del Espíritu Santo resultaba ahora – según pretendían estos enseñadores de Jerusalén- que ni siquiera eran salvos.”[1]
Por el contrario la enseñanza que se había dado a los gentiles era que sólo se podía ser salvos por la fe en Cristo Jesús.  Para los apóstoles, la práctica de la circuncisión, tal como la enseñaban los judaizantes de Jerusalén no puede lograr la salvación de nadie.  Cuando Pablo y Bernabé se enfrentan a estos judaizantes se levanta un gran debate y discusión en Antioquía. Y aunque estos apóstoles gozaban de gran credibilidad y autoridad, la iglesia de Antioquía decide enviarlos a Jerusalén. Está decisión es sabia teniendo en cuenta que la solución que se tomó no afectaría únicamente a los gentiles creyentes en este lugar, sino en todas las regiones donde se había predicado el evangelio. Con esto se buscaba el bienestar de toda la Iglesia del señor, cuya unidad doctrinal y práctica se veía amenazada por las enseñanzas de los judaizantes.
Hch 15:4-5 “Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.”
Una vez llegados a Jerusalén Pablo y Bernabé narraron lo que Dios había hecho entre los gentiles por medio de ellos.  Sin embargo, estos relatos no convencieron a los creyentes fariseos, quienes insistían en la necesidad de que los gentiles se circuncidaran y se les ordenara guardar la ley de Moisés.  Se  volvía  a  dejar de lado por parte de ellos como Dios actúa y da la salvación, es decir por medio de la fe en Jesucristo. De acceder a esta petición, los gentiles hubieran tenido que circuncidarse y hacer parte simplemente de una secta judía.

3.  DISCUSIÓN EN LA ASAMBLEA
En respuesta al debate suscitado por la conversión de los gentiles y la resistencia de los judaizantes, tiene lugar una reunión.  En esta se pretende dar claridad al asunto y públicamente tomar una decisión benéfica tanto para la misión a los gentiles como para los judíos creyentes.  El objetivo por parte de los dirigentes de la Iglesia es lograr mantener la unidad y armonía en toda la Iglesia.
En esta asamblea se desarrollan varios discursos, que llevarían a tomar la decisión final. Las personas que levantan la voz son: Pedro, Bernabé, Pablo y Jacobo.  Este último es quien finalmente recomienda a los líderes la solución a tomar, recibiendo de parte de ellos el apoyo total.

4. LIDERES QUE INTERVIENEN
El debate se inicia por las declaraciones que estaban haciendo los judaizantes. Ellos plantean que los gentiles tienen que circuncidarse y guardar la ley de Moisés para ser salvos.  Son la parte acusadora.
Entre los líderes de la Iglesia que tomaron la vocería y dirección del debate, y que influyeron en la decisión final tenemos un grupo de varones idóneos y fieles.  Considerando como factor importante el hecho que en todo momento ellos fueron dirigidos por el Espíritu Santo, quien sería el líder principal en este debate.  Se puede decir que fue el grupo de ancianos y apóstoles que se reunieron para conocer del asunto, Vr. 6.  Aunque los que se mencionan por nombre propio en este pasaje de Hechos son: Pedro (Vr7), Bernabé y Pablo (Vr. 12), Jacobo (Vr 13); además Juan (Gal. 2:2), aunque este último no participó directamente.  De los anteriores podemos decir lo siguiente en cuanto a su intervención:
Pedro.  Su discurso lo encontramos en los Vrs. 7-11.  Hizo una exposición clara y completa de cómo Dios lo había usado para llevar el evangelio a los gentiles  (en  casa  de  Cornelio).  Deja ver claramente que Dios no hizo diferencia entre unos y otros.  Por el contrario dio su Espíritu Santo igualmente a los gentiles, sin requerirse de una confesión oral por parte de ellos. Solo con escuchar el mensaje de salvación, Dios actúo en ellos.  El derramamiento del Espíritu Santo pone en igual de condiciones tanto a judíos como a gentiles convertidos.  Refiriéndose al discurso de Pablo, Kistemaker escribe: <Les dice que él trajo “el mensaje del evangelio” a los gentiles, con el resultado de que creyeron.  No fue el predicador sino Dios como salvador que abrió sus corazones y los hizo receptivos a las Buenas nuevas.  El mensaje del evangelio, por lo tanto, es sinónimo de salvación.  En resumen, los gentiles oyeron la palabra y creyeron.> [2] Lo anterior queda aún más ratificado y confirmado por lo dicho por Pedro en el Vr. 11 “Antes creemos que por la gracia del señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.”
Bernabé y Pablo. Vr. 12. Observamos en este versículo que se resalta no lo que Bernabé y Pablo hicieron durante su viaje misionero, sino lo que Dios hizo por medio de ellos entre los gentiles. Parece ser que en ningún momento ellos se refirieron al asunto de la circuncisión.  Se concentraron en describir las obras y prodigios hechos por Dios.  Como Él había obrado y abierto campo entre los gentiles para compartir de su palabra.  Al igual que Pedro tenían clara la idea de que la salvación se da por la fe en Jesucristo antes que por cualquier obra humana.
Esta forma de hablar por parte de ellos hace pensar que estaban actuando más como testigos, que como participantes directos en el debate.  Al respecto Kistemaker sostiene: “Sospechamos que mencionaron los milagros de la ceguera del falso profeta Barjesús en Chipre (13:6-12) y la sanidad del paralítico en Listra (14:8-10).  Al mencionar estos milagros, ellos testifican que Dios mismo había aprobado su ministerio entre los gentiles.”[3]
Jacobo.  Vr. 13-21. Aparentemente era el líder máximo en la iglesia de Jerusalén.  Tal vez por eso  dejaron  en  sus manos  la decisión final que luego fue aprobada por todos.  Mostró que tenía autoridad y que gozaba de gran respeto por  parte  de todos, ya  que al iniciar   su discurso ordenó silencio de parte del auditorio, y todos concentraron su atención en él. Empezó haciendo un resumen de lo dicho por Pedro (Simeón).  No hace referencia a lo dicho por Bernabé y Pablo, siendo esto una decisión acertada como lo afirma Bruce: “Jacobo quería convencer a un auditorio difícil, y era justamente la actividad de Bernabé y Pablo lo que había creado la situación que había despertado los recelos de los miembros comunes de Jerusalén.”[4]
Luego hace una referencia al Antiguo Testamento refiriéndose a las palabras de los profetas, pero específicamente lo dicho por Amós. Finalmente hace una recomendación que fue aprobada por todos los presentes, y que a la postre fue la decisión definitiva al conflicto presentado. 

5. LA DECISIÓN
Hechos 19-21 “ Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.  Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.” 
Aquí vemos como Jacobo está haciendo una recomendación.  Los ancianos y apóstoles, junto con la iglesia, lo respaldan y aceptan la misma como la solución a la discordia presentada.  Jacobo declara enfáticamente “Yo juzgo”. Lo hace por la autoridad que gozaba como dirigente máximo del concilio.  Continua diciendo: “No inquietemos a los gentiles que se convierten a Dios”. Jacobo no menciona nada acerca de la circuncisión, ni del cumplimiento de la ley de Moisés.  Pero la declaración que hace, es respecto al agobio o carga que los judíos querían imponer sobre los gentiles relacionado con esos temas.
Si bien uno de los objetivos era tratar de mantener la armonía y unidad de la Iglesia en general, lo anterior no era suficiente para lograrlo.  Jacobo entonces indica cuatro aspectos que debían cumplir los gentiles.  El desea que observen ciertas regulaciones prescritas que eviten que se cometa cualquier ofensa en relación a las comidas y contactos sociales.  Bruce en su comentario, indica lo siguiente: “Por lo tanto, Jacobo indicó, como su juicio ponderado, que a los cristianos gentiles debía instruírselos para que evitaran las comidas que tuvieran asociaciones idólatras y la carne de animales de los cuales no se hubiese escurrido completamente la sangre, y que debían ajustarse al código judío de relaciones entre los sexos, en lugar de conformarse con las normas paganas a las que estaban acostumbrados.”[5]
Jacobo en ningún momento quería imponerles cargas o traerles agobio a los gentiles, sólo les indica algunas normas que debían cumplir al igual que lo hicieron los extranjeros que habitaban en Israel. Justo González dice:” Lo que Jacobo está haciendo no es imponiéndoles reglas a los gentiles a fin de ser cristianos.  Lo que está haciendo es más bien diciéndoles que, a fin de poder tener comunión con los judíos, y a fin de ser como los gentiles que antiguamente moraban en medio de Israel, debían cumplir únicamente con las mismas leyes que antiguamente se prescribían para esos gentiles.”[6]     Esta referencia se tiene en cuenta de acuerdo a lo prescrito en Lv. 17:8 - 18:26.

6.  BASES PARA LA TOMA DE LA DECISIÓN
Según el discurso de Jacobo, las bases sobre las cuales se toma la decisión son tres:
A. El Espíritu Santo. A esta altura es imposible dejar por fuera la influencia del Espíritu Santo. En el Vr 28 se menciona claramente que la decisión fue tomada por guía del Espíritu Santo: “porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias”.  Es muy motivante ver que en estos asuntos tan importantes los líderes de la iglesia no dejaron de lado a una figura tan importante como Dios. Esto debido a que ellos tenían claridad que la obra no era de hombres sino de Dios.
B. Lo dicho por Pedro y que fue resumido claramente por Jacobo en el Vr 14: “Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.”  Se ve aquí una aseveración fuerte: Dios ha visitado a los gentiles para tomar de ellos pueblo para su nombre.  El término pueblo (Laos) se refiere a Pueblo de Dios.  Lo que quiere decir que Dios está levantando un nuevo pueblo, o una extensión de Israel.
C. El texto de Amós parece confirmar lo dicho por Pedro.  Dios llevará a cabo una obra de restauración “para que el resto de los hombres busque al señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre” Vr 17.

7.  IMPORTANCIA DEL CONCILIO
Al estudiar detenidamente lo sucedido en el concilio de Jerusalén, se observan muchas cosas importantes que se presentan en este conflicto.  A continuación enumeraremos en forma sintética algunas de estas relevancias vistas.  
A.    Trajo consuelo a los gentiles Vr. 30-32
B.     Abrió la brecha para continuar la misión a los gentiles, permitiendo que al pueblo de  Dios se añadieran cada día nuevas personas.
C.     Mostró la autoridad y madurez con la cual los líderes cristianos afrontaron este problema.
D.    Permitió que se mantuviera la unidad y armonía en la Iglesia.
E.     Que cuando Dios dispone algo, no hay fuerza humana que lo pueda impedir.
F.      Que la iglesia debe estar atenta a los problemas que se le puedan presentar.
G.    Siempre se van a encontrar dentro y fuera de la iglesia personas que quieran causar división.

8. APLICACIÓN PERSONAL
            Me sorprendió la forma organizada y estructurada con la cual resolvieron el problema. Al comienzo se plantea el problema por parte de los judaizantes, pero luego vienen los discursos y la decisión final que dejó sin oportunidad a los adversarios de defenderse.
Por el crecimiento de las iglesias actuales vemos como se ha llegado a una descentralización total de actividades. Esto lleva que una misma misión tenga un número determinado de iglesias locales. Cada iglesia tiene su propio manejo de conflictos. Pero resulta que a un mismo conflicto se le dan soluciones diferentes. No consideran que hay asuntos que deberían resolverse desde la iglesia madre, para crear un ambiente de unidad y armonía y que todos busquen los mismos objetivos y metas.
En lo personal me sirve como guía para enfrentar problemas. Sé que debo contar en primer lugar con la ayuda del Espíritu Santo, (que por cierto sigue sorprendiéndome con su obra) ya que sin él cualquier decisión puede ser inútil. 
Quisiera ser como esos hombres de Dios que se nombran en el libro de Hechos. Ser instrumento de Dios para transformar el mundo. Porque sería muy fácil quedarme sentado en un lugar cómodo de mi iglesia, diciendo: “Eso no debería ser así”, sin intervenir, sin aportar, sino por el contrario poniendo cargas en los demás que les impidan llegar a Dios. Por el contrario quiero que el mundo sepa que la salvación sólo se encuentra por la fe en Jesucristo.


[1] TRENCHARD, Ernesto.  Los Hechos de los Apóstoles. un comentario. Barcelona: s.n., 1962. p 317 
[2] KISTEMAKER, Simón. Hechos.  E.E.U.U.: Desafío, 1960.  Pág. 582                             
[3] Ibid. Pág. 587
[4] BRUCE, F.F.  Hechos de los Apóstoles. Trad. Kairós. Buenos Aires: Nueva creación, 1990. Pág. 340
[5] Ibid. Pág. 347
[6] GONZALEZ, Justo. Hechos.  Florida: Caribe, 1992. Pág. 225-226

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